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25 de enero de 2011

Llaman a testigo clave en juicio contra Posada Carriles


jtamayo@elnuevoherald.com

Un informante del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y supuesto colaborador de la inteligencia cubana testificó el lunes en el juicio de Luis Posada Carriles que en el 2005 ayudó a traer a éste por mar desde México a Miami.
Gilberto Abascal es un testigo estelar contra Posada en lo que se refiere a los cargos por mentir bajo juramento al decir a funcionarios de inmigración que entró a través de la frontera con Texas.
El relato de Abascal es casi tan intrigante como el de Posada, de 82 años, un ex operativo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y veterano de decenas de complots violentos, incluida la colocación de nueve bombas en centros turísticos cubanos. Una de las bombas mató a un hombre en 1997.
Abascal testificó que estaba en el yate Santrina cuando Posada, quien había vivido por décadas en América Central, fue recogido en el caribeño centro turístico mexicano de Isla Mujeres, y traído a hasta Miami. Aclaró que no sabía por adelantado que el Santrina iba a recoger a Posada y que se preocupó al saberlo.
"Temía que ellos fueran a decir que yo era un soplón'', declaró.
El Santrina, de 90 pies, fue registrado por oficiales de la Armada mexicana con perros y buzos, dijo Abascal. Añadió que ‘‘varias'' personas que él asumió que eran periodistas mexicanos también se encontraban en el muelle.
También identificó a los otros tripulantes como Santiago Alvarez, un rico urbanizador de Miami y por mucho tiempo partidario de Posada; Osvaldo Mitat, un handyman que trabajaba para Alvarez; y los exiliados de Miami José Pujol y Rubén López Castro.
Posada es juzgado por 11 cargos relacionados con la manera en que entró en Estados Unidos; su papel en las bombas y si poseyó o no un pasaporte guatemalteco.
Abascal fue también un testigo clave de la fiscalía en el caso del 2005 contra Alvarez, quien cumplió cuatro años por almacenar armas y negarse a testificar contra Posada.
Durante ese caso, Abascal recordó que, cuando estaban en Isla Mujeres, él y Posada eran seguidos por tres o cuatro personas que él asumió que eran periodistas locales. Más tarde vio a uno de los ‘‘periodistas'' en una foto con el ex gobernante cubano Fidel Castro.
Ante el fiscal Jerome Teresinski, Abascal dio una versión más corta y vaga de sus contactos con la inteligencia cubana y el FBI. Una versión más completa, pero aún confusa, se hizo pública en el caso de Alvarez.
Abascal testificó que conoció a Alvarez por medio de un amigo mutuo, Ihosvani Suris, y más tarde comenzó a trabajar como handyman para el urbanizador. En el 2001, Suris y Alvarez le pidieron que se les uniera en un plan para realizar ‘‘actos contra el gobierno de Cuba'', dijo Abascal, sin dar detalles.
El se negó a ir y se lo informó al FBI en Miami, testificó Abascal, sin mencionar que Suris estaba en realidad capturado en Cuba.

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