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26 de abril de 2011


La crisis pesa sobre campaña de Obama

/AFP

Aunque todavía no sabe quién va a ser su adversario republicano para las elecciones de 2012, en las que buscará un segundo mandato, el presidente Barack Obama sí sabe que su principal desafío será convencer al electorado de que la economía va por buen camino.
Tras más de dos años en el poder, Obama ha hecho avances notorios: el crecimiento económico pasó de -4,9% a +3,1% y el desempleo inició su descenso.
Pero aún no se avizora una victoria económica decisiva que lo impulse hacia la reelección en noviembre del 2012. Todavía hay unos 13.5 millones de desempleados, la administración funciona con déficits récord, el mercado inmobiliario todavía registra altibajos y los precios de la gasolina se acercan a los récords del 2008.
Dos de cada tres estadounidenses identifican a la economía como el mayor problema del país y responsabilizan de ello a Obama. También dos de cada tres encuestados desaprueban su manejo de la economía, un porcentaje récord desde que asumió en enero del 2009, aunque es bajo su administración que el país salió de la peor recesión en 80 años.
Lo que más se le critica actualmente es la política puesta en práctica para salir de la crisis: se considera que los planes de reactivación y rescate han inflado peligrosamente la deuda del país, que alcanza el récord de $14 billones.
A impulso del ala más derechista de los republicanos, los temas del déficit y la deuda se convirtieron en los mayores motivos de descontento. La Casa Blanca se defiende explicando que el desempleo sería mucho mayor en ausencia de los recursos que usa para combatirlo.
“Hemos hecho avances extraordinarios en dos años y medio. Hicimos salir a la economía de la recesión. Estabilizamos el sistema financiero”, afirmaba Obama la semana pasada.
Pero también admitió que todavía resta mucho por hacer.
“La recuperación realmente tomó más tiempo de lo que se esperaba”, reconoció Phillip Swagel, ex consejero económico de la presidencia.
Obama “todavía puede aducir que heredó una situación difícil, pero eso se hace más difícil cuando la economía marcha a pleno”, al menos en lo que se refiere a los resultados de las grandes empresas, agregó.
Los demócratas, que contaban con un despegue de la economía justo antes de las elecciones, podrían ser decepcionados: la Reserva Federal se prepara para poner fin progresivamente a su programa de apoyo a la economía, y la deuda hace improbable una inversión pública masiva, tan improbable como una caída a pique del desempleo.
Según Tony Fratto, ex consejero del anterior presidente George W. Bush, “la gran incógnita para el presidente es si la economía se autoalimentará”.
La Reserva Federal estima que la tasa de desempleo se situará entre 7.7% y 8.2% en el 2012, cifra ciertamente menor al actual 8.9% (aunque todavía a niveles récord para una temporada electoral desde la Segunda guerra mundial).
Pero eso difícilmente sea tomado en cuenta en varios Estados clave donde el desempleo supera netamente la media nacional, en particular Florida (sureste), Ohio (norte) y California (oeste).
/www.elnuevoherald.com

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