Powered By Blogger

29 de enero de 2013

Beyonce y las realidades simuladas de EEUU.

      La hermosa modelo en la portada no es tan flaca ni su piel tan perfecta. ¿Ese reality show que nunca te pierdes? Quizás no lo creas, pero su drama no es 100% improvisado. ¿Y qué decir de esa diva que habría cantado el himno sobre una pista con su voz previamente grabada? ¿Y qué? Era su gran momento y quería sonar lo mejor posible.
 
En los Estados Unidos de hoy, de incontables y sutiles maneras, gran parte de lo que vemos no es exactamente lo que parece. Y lo sabemos, pero a menudo no nos importa porque lo que percibimos nos agrada mucho más que lo que habría sido su versión verdadera.
 
Si Beyonce cantó o no en la juramentación presidencial la semana pasada es, superficialmente, la clásica tempestad en un vaso de agua. Pero el debate revela algo importante de la sociedad y la gran interrogante ya no es si lo que es real importa sino si puede competir con lo que no lo es. 
   
"Es como si la falsedad se volvió satisfactoria", dijo Jonathan Vankin, coescritor de "Forever Dusty", un musical que dramatiza eventos en la vida de la difunta cantante de soul Dusty Springfield.
 
"Creo que casi todo el mundo sabe que constantemente nos alimentan de irrealidades. Y aun así parece ser poca la curiosidad por descubrir lo que en realidad ocurre", agregó Vankin, quien también ha escrito extensamente sobre cómo los acontecimientos históricos son representados en escenarios ficticios.
 
Muchos, incluso algunos admiradores y amigos de Beyonce, consideran ridículo el debate de la juramentación porque después de todo, incluso si usó una pista grabada, lo estaba haciendo sobre su propia voz. Es un argumento justo que sin embargo obvia dos aspectos de las actuaciones en vivo.
 
Primero, lo que muchos consideran como un contrato implícito entre un artista y el público presente, la expectativa de que el público merece una actuación en el momento que podría verse afectada por su propia presencia. Si eso no sucede, mejor quedarse en casa y oír a la artista en un iPod. Segundo, la versión de la voz de Beyonce grabada en un estudio, con la ayuda de la tecnología, podría ser muy distinta a una producida en vivo en un ventoso día de invierno.
 
"La realidad es complicada, embrolladora e incierta. Queremos que sea empaquetada y claramente etiquetada", dijo Mark Carnes, autor de "Past Imperfect: History According to the Movies" e historiador de la universidad Barnard College. "Preferimos la claridad de una grabación que la cacofonía del mundo que nos rodea".
 
Y no se trata sólo de música. Ejemplos de pequeños artificios aparecen por doquier en la cultura estadounidense. Tanto, que a duras penas nos percatamos de ello.
 
Damos por hecho que los Cheetos y Doritos son de un naranja brillante porque ese es el color que nos dice "queso de verdad". Compramos velas Yankee Candles llamadas "Hogar Dulce Hogar" que evocan "una reconfortante mezcla de canela y especies con un toque de té recién colado" aun cuando no tenemos la más mínima intención de cocinar. Compramos palomitas de maíz con "mantequilla de cine" que no tienen nada que ver ni con cine ni con mantequilla.
Y los retoques de las fotografías digitales: las herramientas del artificio, una vez sólo accesibles a profesionales, se han democratizado. Ahora millones de manipuladores pueden borrar manchas, rasgos no deseados y a personas completas de una foto.
 
Associated Press

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/01/28/1394557/beyonce-y-las-realidades-simuladas.html#storylink=cpy

No hay comentarios: