La política y la pelota
En la actualidad el hombre tiene la posibilidad de adquirir en el mercado productos que le permiten “mejorar su desempeño” en cualquier área de la actividad humana. En este espacio fijo mi atención en la política y el beisbol. Los políticos hoy día se valen de herramientas modernas para vender sus proyectos con la finalidad de minimizar los efectos de sus debilidades individuales y corporativas. Sin embargo la tecnología hace su aporte pero él o la candidata/a tiene que hacer que los electores vean como creíbles las ideas y propuestas que éste le oferta. Es decir, la calidad y consistencia del mensaje está acompañada por la imagen y figura que lo expresa, lo que sugiere que el candidato debe tener unas condiciones particulares que, auxiliadas por la tecnología, provocan el consumo de su propuesta por parte de los ciudadanos. En el beisbol el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento parece ser una práctica con una clientela bien amplia. Supongamos que en los últimos años cien peloteros han consumido esteroides como una forma de aumentar su producción ofensiva, en el caso de los bateadores, y la durabilidad y fortaleza del brazo, en el caso de los lanzadores. Ahora bien, ¿han sido los esteroides suficientes para que estos se conviertan en súper estrellas? La respuesta tiene que ser negativa. Estos deben estar acompañados de unas condiciones y talentos que, combinados con el uso de estimulantes, producen los resultados esperados. No hay diez bateadores que han dado cincuenta jonrones en una temporada en los últimos diez años. No hay cinco lanzadores que han acumulado doscientas victorias en la década.
Hago el símil entre la política y la pelota para decir que cuando Balaguer y Bosch pusieron su atención en Leonel pudieron hacerlo a favor de Euclides, Felucho, Norge o Danilo. Sin embargo, no lo hicieron porque vieron en el joven cualidades que sus compañeros no tenían y hoy todos hablamos del ojo clínico de esos dos grandes de la política dominicana. Pero esa analogía puede aplicarse a Margarita. Doña Carmen nuca tuvo perfil presidencial. Peggy Cabral acompañó a Peña Gómez durante sus mejores años en la política y eso no fue suficiente para que le gane a Roberto o a Tommy. Doña René no pasó nunca de ser la esposa de Don Antonio Guzmán. Asela Mera fue un poco más activa y a Doña Rosa no parece atraerle mucho la política. De ahí que el auge de Margarita no se debe a que es la esposa del Presidente sino que ella es una gran mujer de la sociedad dominicana, que como otras tantas, entre ellas Minù y Milagros, no necesitan esconderse bajo la sombra de los líderes de sus respectivos partidos para conquistar la voluntad popular. Son poseedoras de unas cualidades excepcionales y las han explotado en las oportunidades que le ha dado el ejercicio profesional. ¿Por qué detenerlas y no permitirles que sigan hasta la posición más alta que puede ostentar un dominicano. Ellas lo único que necesitan para mejorar su desempeño es una oportunidad. Felicidades a Margarita en su cumpleaños y a través de ella a todas las mujeres brillantes de esta la patria de todos y todas.
Fuentes extraida de memoria de un campesino
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