Juan TH: Hipólito, otra vez.
Hipólito Mejía será candidato presidencial nuevamente en las elecciones del 2016, ya sea por el Partido Revolucionario Dominicano o por una coalición de partidos y movimientos políticos. Que no le quepa a nadie la menor duda.
Es verdad que cometió errores durante la campaña del 2012, pero no decidieron los resultados del 20 de mayo. Para “ganarle” fue necesario el “Pacto de las Corbatas Azules” con Miguel Vargas (la traición), el gasto de cientos de miles de millones de pesos para comprar las elecciones.
A pesar de la traición en su propio partido (Miguel Vargas y compartes), de los 50 o 60 mil millones de pesos que gastó Leonel, del papel parcializado y decisivo de la Junta Central Electoral, de un fragmento grande de la prensa y de los demás poderes fácticos, Hipólito obtuvo un 47% de los votos.
(Es la primera vez que las encuestas a boca de urna se equivocan. A las cinco de la tarde tres firmas encuestadoras daban a Hipólito ganador de los comicios con más de un 52%. Dos horas más tarde la tecnología varió los resultados. Se robaron las elecciones y luego se robaron al PRD utilizando al Tribunal Superior Electoral).
Para sacar un 47% en esas condiciones había que ser un monstruo político. Jamás nadie enfrentó, como Hipólito, a todo el dinero del presupuesto nacional con todos los funcionarios públicos, desde el más bajo hasta el más alto, más la prensa, la iglesia, el Ministerio Público, las Fuerzas Armadas, la Policía, la Junta Central Electoral. Y como si fuera poco la traición.
Para ganarle a Hipólito fue necesario crear un déficit fiscal de alrededor de 200 mil millones de pesos.
Ese Espartaco político que es Hipólito, después de una proeza como la de obtener 47% en un “matadero electoral” no podía, ni puede, irse a su casa. Primero porque su liderazgo se mantiene; segundo, porque los liderazgos no se transfieren ni se heredan; tercero porque no ha surgido una figura que lo releve en el PRD, ni en la nación. Y cuarto porque en las actuales circunstancias es necesaria su fuerza personal y social puede detener las aspiraciones continuistas de la corporación PLD que dirigen Leonel y Danilo Medina con los auspicios de su socio económico Miguel Vargas.
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