Nace un niño con una técnica que induce el desarrollo de óvulos en mujeres con menopausia.
¿Puede
una mujer que lleva más de seis años sin menstruar ser madre? Esta
pregunta ha sido siempre fácil de responder con un no rotundo, salvo que
se recurriera a una donación de óvulos. Pero ahora científicos
estadounidenses y japoneses han conseguido que una mujer infértil con
menopausia precoz pueda ser madre biológica. Lo han conseguido conuna
técnica revolucionaria, llamada activación «in vitro», que induce el
crecimiento de óvulos tratando el ovario fuera del cuerpo de la
mujer para después reimplantarlo. Los investigadores de la Universidad
de Stanford (EE.UU.) y de la Universidad Santa Marianna de Kawasaki
(Japón) ya han logrado dos gestaciones con esta técnica y una de ellas
ha dado a luz a su primer hijo, un niño completamente sano. El avance se
publica en el último número de la revista «Proceedings».
Esta nueva estrategia puede revolucionar el
campo de la reproducción asistida. No solo abre una vía esperanzadora
para tratar a mujeres que sufren una menopausia precoz antes de los 40
años sino a todas las mujeres con mala respuesta en los tratamientos de
fecundación «in vitro».
El efecto de romper el ovario
La técnica se ha probado con 27 mujeres en
Japón que llevaban una media de seis años y ocho meses sin regla y no
habían cumplido los 40 años. Todas habían entrado en una menopausia
precoz y habían dejado de ovular, pero la mitad de ellas mantenían aún
folículos ováricos residuales que podían tratarse. La nueva estrategia
consistió en estimular esos folículos del ovario que albergan los óvulos
y facilitan su maduración. Para ello primero extrajeron parte del
tejido ovárico con cirugía y sometieron al tejido a un doble tratamiento
para estimular el crecimiento de los folículos.
Primero fraccionaron mecánicamente el ovario
para fragmentarlo en varios pedazos y después administraron un fármaco
que bloquea una ruta llamada PTEN. Los efectos positivos de romper el
ovario a través de un corte o una perforación ya eran conocidos. Se
sabía que podía estimular el desarrollo de folículos inactivos, pero las
dos estrategias utilizadas al mismo tiempo consiguieron un efecto
aditivo. Bastaba con tener un solo para experimentar el «milagro» de la
multiplicación.
Después los pequeños pedazos de ovario con
nuevos folículos fueron trasplantados por vía laparoscópica a las
trompas de Falopio, al lugar donde estaban originalmente los ovarios.
Luego solo fue necesario poner en marcha un tratamiento de fecundación
in vitro convencional para lograr la gestación.
Ensayo clínico en España
«Es el primer tratamiento que ofrece una
solución a un problema irresoluble al que nos enfrentamos cada día en
las clínicas de reproducción asistida. Pese a los tratamientos
hormonales que utilizamos para estimular la ovulación, la mitad de
nuestras pacientes con más de 38 años no logra producir un número
suficiente de ovocitos y necesita muchos ciclos para intentar quedarse
embarazada», explica a ABC Carlos Simón, director científico del Grupo
IVI.
Simón, profesor asociado en la Universidad de
Stanford, conoce de cerca el trabajo de Aaron Hsueh y quiere validar en
España la nueva técnica. Su objetivo es emprender un ensayo clínico con
pacientes del Instituto Valenciano de Fertilidad en cuanto consiga
autorización. «Si la técnica ha funcionado en el peor de los escenarios
posibles -mujeres con fallo ovárico y menopausia precoz-, confíamos en
tener mejores resultados con pacientes que todavía ovulan y tienen una
baja respuesta».
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