La gestión de Obama a cuatro años de distancia
Barack Obama saluda a sus seguidores en la Universidad de Colorado septiembre 2, 2012
LESLEY CLARK/
MCCLATCHY
Washington -- Es más viejo. Tiene el pelo más gris. Su entusiasta optimismo para cambiar el mundo ha cedido el lugar a la sobria realidad del desempleo persistente y la ansiedad económica. En sus propias palabras, el presidente Barack Obama tiene “algunas abolladuras y golpes en la defensa”.
Pero debajo de esas diferencias externas, la pregunta persiste: ¿Cómo ha cambiado Obama, como líder, en los cuatro años transcurridos desde que aceptó la nominación de su partido para presidente, siendo un joven con poca experiencia ejecutiva, y una pequeña historia en Washington? ¿Ha aprendido en el trabajo? ¿Se ha guiado por principios fundamentales pase lo que pase, o ha cambiado para adaptarse a lo que se ha convertido en un paisaje político enormemente distinto? Las respuestas podrían determinar cuán eficaz sería Obama en un segundo período.
En sus dos primeros años, Obama mantuvo el curso e impulsó su agenda a través de un amistoso congreso demócrata para estimular la economía, regular a Wall Street y reformar el sistema de salud. Pero ha mantenido gran parte de ese curso incluso cuando el país se resistió a su ley de atención médica, cuando los votantes le arrebataron el control a su partido en la Cámara de Representantes, y su agenda se ha estancado desde entonces.
“Por una parte, cuenta con un legado”, dijo George Edwards, un académico de Texas A&M University especializado en la presidencia, señalando regulaciones financieras radicals y una legislación sobre la atención médica buscada por los demócratas durante décadas. Pero Obama desplegó también lo que Edwards llamó “un malentendido de liderazgo”, que hizo demasiado énfasis en su propio poder de persuasión y llevó a Obama a extralimitarse en la atención de la salud,
“Como resultado, perdió la capacidad de gobernar, porque perdió el Congreso, y no es probable que recupere el Congreso. Nunca”, dijo Edwards.
Para Obama y su círculo íntimo, su firmeza es una virtud decisiva.
En su libro del 2006, La audacia de la esperanza, Obama escribió que él no era “alguien que se dejara emocionar por las cosas”. Su preferencia por la “ausencia de drama” se convirtió en un artículo de fe dentro de su campaña, y en la Casa Blanca.
Sigue siendo “el integrante más estable y más imperturbable de todo el equipo”, en las palabras de Bill Burton, ex asesor de la Casa Blanca.
“Los rasgos que lo hicieron un buen candidato, lo hacen un buen presidente”, dijo Burton, que dejó la Casa Blanca en el 2011, y es uno de los estrategas principales de un grupo de “super” especialistas políticos pro-Obama, Priorities USA Action. “Mantiene la firmeza y la sensatez del equipo”.
Cuando los esfuerzos de Obama por lograr la reforma del sistema de atención de salud del país parecieron estancarse en el 2010, Rahm Emanuel, entonces jefe de personal de la Casa Blanca, sugirió que la lucha estaba costando demasiado e instó a Obama a transarse por menos.
“Le hablé muchas veces (sobre) el costo político de hacer esto, y, gracias a Dios por el resto del país, no me escuchó”, dijo Emanuel después de que la Corte Suprema reafirmó la ley en junio. “De eso se trata el liderazgo político” agregó Emanuel, que es ahora el alcalde de Chicago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario