Diseñadora colombiana ha creado un imperio de carteras de pieles exóticas
Nancy Gonzalez, diseñadora colombiana
INA PAIVA CORDLE
ICORDLE@MIAMIHERALD.COM
Las coloridas carteras de pieles exóticas de la colombiana Nancy González, elaboradas en diferentes formas y estilos y con precios en el rango de los miles de dólares, ahora adornan los brazos de adineradas mujeres alrededor del mundo.
Pese al éxito, González nunca se propuso ser una diseñadora de bolsos de lujo, ni ser la propietaria de marcas de carteras de piel de cocodrilo que se venden en tiendas exclusivas en todo el mundo.
Empezando con el diseño de cinturones en 1989 en su natal Colombia, Nancy ha dejado que los clientes y proveedores la guíen a un nuevo nivel del negocio, elevándola ahora a convertirse en una de las diseñadoras de accesorios más importantes del mundo de la moda.
"Empecé con esto porque estaba buscando algo que realmente me gustara, no era una orientación empresarial o la idea de tener mi propia empresa. Era mas bien encontrar algo para mí", dijo González, sentada en el bar del vestíbulo del St. Regis Bal Harbour Resort recientemente. "Sentía la necesidad de hacer algo que realmente me apasionara, que viniera de mi alma".
González comenzó con un empleado en el año 1989 y hoy en día emplea a cerca de 400 trabajadores, incluyendo a los artesanos que elaboran entre 30,000 y 40,000 carteras de piel exótica cada año en Cali.
Con su espíritu de emprendimiento, los diseños de la colombiana ahora se venden en las tiendas de lujo más importantes de Nueva York, Miami, Londres, Moscú, París, Dubai y Seúl.
Casada a los 17, González estudió Economía en la Universidad del Valle en Cali, al tiempo que criaba a dos hijos pequeños. Pasó años trabajando activamente en la escuela de sus hijos.
Después, a finales de los años 80, escogió lo que le pareció el material más bello disponible, piel de cocodrilo, para confeccionar cinturones. Viajó a Europa para allí encontrar las máquinas para fabricar los artículos y escogió un establecimiento en el centro comercial de Cali para establecer su taller en el segundo piso, ya que quería estar en pleno corazón de la ciudad.
En menos de un año, ya González tenía dos tiendas, y a medida que avanzaba la década del 90, ya contaba con nueve tiendas en toda Colombia.
“No planeé nada”, dijo González, que en la actualidad tiene 56 años y está divorciada. “Empecé con cinturones en mis tiendas en Colombia, y un buen día, los clients me dijeron que querían carteras”.
De modo que le dio un vuelco a su negocio, con la meta de crear bonitas carteras que fueran diferente y evocaran la emoción. “Algo que hiciera r eír a la gente, un color, un toque, un pequeño detalle”, dijo.
Su negocio comenzó a evolucionar cuando las clientes que compraban sus bolsos en Colombia viajaban, y otras personas las admiraban. González recibió llamadas de mujeres que querían saber dónde podrían comprar sus carteras fuera de Colombia.
Un día, una cliente de Nueva York que le ordenó bolsos para regalar por Navidad le sugirió que las vendiera en la Gran Manzana.
A González siempre le gustaba comprar platos, vajillas y artículos para la famosa Bergdorf Goodman. De modo que su cliente le dio un contrato allí, y 1998, González le llevó su colección: ocho estilos en cinco colores.
Bergdorf’s se la compró, la orientó en el negocio y en el momento ideal para sacar las colecciones de temporada, y de este modo encendió la chispa que desde entonces ha impulsado el negocio de González.
González comenzó con un empleado en el año 1989 y hoy en día emplea a cerca de 400 trabajadores, incluyendo a los artesanos que elaboran entre 30,000 y 40,000 carteras de piel exótica cada año en Cali.
“No tengo miedo”, dijo González. “Me gusta correr riesgos, y tomo las decisiones con mucha rapidez”.
Las carteras de González se venden en más de 400 tiendas exclusivas de todo el mundo, entre ellas Bergdorf Goodman, Neiman Marcus y Saks Fifth Avenue en Estados Unidos, y en el portal en Internet de su tienda, así como en tiendas por departamentos y lujosas boutiques de Nueva York, Miami, Londres, Moscú, París, Dubai y Seúl.
En el sur de la Florida, los bolsos se venden en Ida and Harry en el Hotel Fontainebleau en Miami Beach, así como en Neiman’s y Saks.
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