Cadena perpetua para hombre de Hialeah que descuartizó a joyero
Guillermo Denis Gonzalez
DAVID OVALLE
dovalle@MiamiHerald.com
Por matar a hachazos a un joyero de Hollywood y esconder su cuerpo desmembrado en tachos de basura a lo largo de Hialeah, Guillermo Denis González pasará el resto de su vida en prisión.
González —quien cumplió 12 años en prisión en una condena anterior por asesinato— se declaró culpable el jueves de asesinato en segundo grado y robo a mano armada. A cambio de una sentencia a cadena perpetua, los fiscales de Miami-Dade estuvieron de acuerdo en no buscar la pena de muerte.
Esta no será la primera ocasión que González ingresa en una prisión estatal por asesinato.
En 1992, a la edad de 47 años, González fue condenado en el Condado Miami-Dade de asesinato en segundo grado y fue dejado en libertad en el 2004.
Cuatro años después, la policía de Hialeah arrestó a González por la muerte de Sergio I. Quintero, de 58 años, por una deuda que él creía que el joyero le debía.
La policía supo sobre el espeluznante crimen en mayo del 2008, cuando alguien que buscaba en un tacho comercial de basura, en el callejón de un almacén, descubrió una pierna izquierda cortada.
Los detectives dijeron que Quintero estuvo sentado en la cocina de la casa en Hialeah de González cuando el convicto “se enojó” y golpeó al joyero, de acuerdo con un reporte del arresto. González apuñaló a Quintero con un cuchillo de cocina.
“Quintero comenzó a sangrar profusamente de su cuello, se cayó y comenzó a jadear por aire”, agregó el reporte.
González lo apuñaló dos veces más en el torso, dijo el reporte, y desmembró a Quintero. González machacó “periódicamente” la cara del cadáver. La policía dijo que usó un mazo.
“González le cortó la cabeza, ambas piernas, ambos brazos, ambas manos y el torso de Quintero”, escribió en su reporte el sargento José Proveyer, quien entonces era un detective.
El homicida colocó los restos en seis botes comerciales de basura en el distrito de almacenes en East Hialeah. Las huellas digitales de las manos cortadas identificaron a la víctima como Quintero.
Para los fiscales, las pruebas eran contundentes.
González confesó y los detectives encontraron un cuchillo y un machete ensangrentados dentro de su casa. Dos huellas de dedos de las manos en los tachos de basura que tenían partes del cuerpo coincidieron con las de González. Las huellas de los dedos de las manos también se descubrieron en un edredón empapado de sangre guardado en una bolsa que lo recubría en uno de los contenedores de basura.
Un video de supervisión también mostró a un hombre en una van blanca, con daños en el panel lateral, botando las bolsas. La van dañada se encontró posteriormente en la casa de González.
Registros telefónicos mostraron que las cinco últimas llamadas salidas del celular de Quintero fueron a González.
Fuente del Nuevaheral.com
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