NBA | Derrota en casa ante los Jazz (85-86)
Unos Lakers sin tensión
- 'Salimos sin concentración y les dejamos hacer a su antojo', admite Gasol
Los Angeles Lakers, en su versión más pasiva e indolente, encajaron su segunda derrota consecutiva ante unos Utah Jazz (85-86) que venían de perder ocho partidos seguidos y que aprovecharon el escaso interés mostrado por los locales.
Los Lakers cayeron a pesar de los 23 rebotes de Andrew Bynum -récord profesional-, los 19 puntos y cinco rebotes de Pau Gasol y los 20 tantos de Kobe Bryant, que tuvo en su mano dar la victoria a los suyos pero se le escapó el balón de las manos cuando intentaba levantarse para lanzar a canasta.
"Nos hemos relajado, nos hemos sentido cómodos y contentos con lo que hemos hecho hasta este punto, que es nada", manifestó Gasol, titular a pesar de sus molestias en la rodilla derecha, producto de un golpe sufrido el domingo frente a Denver. "La tengo un poquito dolorida, la verdad, pero no ha ido a peor durante el partido. He aguantado bien y estoy contento por haber podido jugar. Espero que ahora el dolor vaya a menos", comentó a Efe el jugador español. "No es algo que me preocupe. Es un golpe entre los huesos que me provoca cierto dolor y supongo que seguirá así un par de semanas más".
Todo lo bueno que hicieron los Lakers en los primeros tres minutos pasó por las manos de Gasol: tiros de cinco metros (suyos fueron 12 de los primeros 20 tantos de su equipo), tapones, asistencias e intensidad en defensa. El ala-pívot era el motor de los angelinos, que ante el desparpajo de Utah arrancaron con una actitud indolente que se prolongó durante muchas fases del enfrentamiento.
"Les dejamos hacer a su antojo", admitió Gasol. "Les dimos muchas opciones y no estuvimos finos. Salimos sin concentración. Tal vez no le dimos la suficiente importancia al partido. No estoy seguro de la razón por la que no lo damos todo contra equipos que no se juegan nada", sostuvo.
No tardó mucho Phil Jackson en poner las pilas a los suyos y un par de buenas acciones de Derek Fisher espolearon a sus compañeros (20-10), que bajaron algo el ritmo con la entrada en cancha de reservas como Steve Blake y Matt Barnes. Utah se aferraba al duelo gracias a los puntos de Paul Millsap y Earl Watson, mientras el suplente Gordon Hayward imprimía velocidad al ataque de los de Tyrone Corbin, que empataron al comienzo del segundo cuarto (24-24). Millsap y Hayward fueron los máximos anotadores de los Jazz, con 22 tantos cada uno
Los californianos reaccionaron y un 'alley-oop' de Blake para Shannon Brown puso de pie al Staples Center antes de que los titulares regresaran a cancha y retomaran el dominio local (38-29) basándose en la intimidación y el dominio del rebote de Bynum (11) y sin apenas contar con las canastas de Bryant (seis tantos y tres faltas al descanso).
Ambos equipos anotaban por entonces menos del 40% de sus tiros (0 de 7 en triples para los locales). El partido mantuvo su línea de poco espectáculo y muchos errores en unos minutos aprovechados por los Jazz para igualar de nuevo las cosas (42-42) gracias a la imparable actuación de Millsap.
Con más oficio que calidad los Lakers fueron arañando canasta tras canasta -inspirado Bynum- y mejorando algo su intensidad en defensa, pero dejaron la resolución final para el último cuarto (57-57).
Llegó el primer triple de los californianos (1/14) de la mano de Lamar Odom, pero otro lanzamiento exterior de Hayward encendió las luces de alarma entre los angelinos (65-68). Ahí resurgió Bryant para asumir el timón de los Lakers frente al juego más ordenado y cerebral de los Jazz, con unos fundamentales Hayward y Derrick Favours.
Un triple de Watson dio a Utah su máxima ventaja (77-82), pero los Lakers siguieron remando y dos triples de Bryant empataron el duelo a 85 a falta de pocos segundos. Hayward erró un tiro libre y con seis segundos por jugar el líder de los Lakers trató de jugarse el último tiro, pero se le resbaló la bola en el intento. Este partido rompe una racha de 17 victorias seguidas de los campeones ante los Jazz en el Staples Center.
A los Lakers les quedan cinco partidos por jugar en la temporada regular. "Son un reto. Nos motivan", asegura Gasol. "Son pruebas para determinar el nivel con el que llegamos a los 'playoffs'. Tengo ganas de jugar esos partidos para ver cómo respondemos y ver en qué posición acabamos".
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